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Expandiendo nuestro papel promoviendo confianza en la ciencia para la aceptación de la vacuna COVID-19 y más allá

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Poner fin a la pandemia de COVID-19 requerirá decisiones basadas en ciencia. Requerirá que el público confíe en la evidencia que soporta esas decisiones y en que las decisiones que se tomen sean en el mejor interés de la salud y el bienestar de todas las personas representando la diversidad de nuestra cultura en América y en sus comunidades. Desafortunadamente, la confianza tanto en la ciencia como en las instituciones públicas está declinando en el momento que más la necesitamos. Mantener distancia física y otras medidas de salud pública se aceptaron lentamente en algunas circunstancias. En algunas áreas de los Estados Unidos inclusive hubo protestas anti-máscara y en favor de la ‘libertad de la salud.’ Actualmente, las encuestas sugieren que cerca de 30% de los Americanos declinarían una vacuna COVID-19 si se la ofrecieran, citando desconfianza como la razón principal por vacilación por la vacuna. Otro reto es asegurar que la gente que recibe su primera dosis de la vacuna regrese a recibir la segunda y que la desinformación o preocupaciones prácticas no los disuadan en contra.

Estados Unidos no está solo en su confrontación con problemas sobre anti-ciencia y desconfianza pública. El movimiento anti-ciencia es un tema global que no es nuevo. Teorías de conspiración han propagado declaraciones incorrectas e infundadas durante tanto tiempo como la medicina ha sido una profesión. Y, como en cualquier profesión, nuestro campo no es inmune a personas que ejercen mal juicio o que promueven agendas anti-ciencia para beneficio propio.  

Lo que enfrentamos ahora no es solo una pandemia sino también una infodemia, una onda de desinformación que es falsa y/o engaña y no está apoyada por evidencia científica. Campañas de desinformación, particularmente las relacionadas con posiciones anti-vacunación, atacan la legitimidad de las recomendaciones basadas en ciencia y ponen en duda la motivación de los trabajadores de la salud. En algunos casos, estos ataques a la ciencia han sido individualizados, sometiendo a oficiales de la salud pública a innumerables formas de acoso, desde ‘doxing’ (revelar en la internet información privada sobre una persona) hasta amenazas de muerte.

En Baylor College of Medicine, hemos sido proactivos desenmascarando mitos acerca de las vacunas tanto mediante esfuerzos individuales como con declaraciones amplias por parte del College.  Sin embargo, la pandemia de COVID-19 y el continuo escepticismo hacia los líderes de salud pública y el asesoramiento de expertos han enfatizado que nosotros en Baylor College of Medicine tenemos todavía un papel más importante por desempeñar. Combatir la desinformación sobre COVID-19 ha sido una motivación primaria para filmar videos semanales con el Presidente, CEO y Decano Ejecutivo de Baylor, Dr. Paul Klotman, al igual que compartir extensas noticias semanales de nuestro Incident Command Center. Pero nosotros podemos y debemos ser más audaces y más amplios, involucrando a toda nuestra comunidad en el mejoramiento de la salud y restaurando la confianza y servir como fuente de información que es transparente y confiable y está basada en evidencia científica. Abajo hay una lista de esfuerzos que apoyamos, los cuales han sido construidos a partir de recomendaciones existentes presentadas por el Dr. Peter Hotez, decano de la Escuela Nacional de Medicina Tropical en Baylor. Nos comprometemos a tomar estos pasos para asegurar que la gente tenga a mano evidencias científicas claras que les permitan seguir practicando medidas seguras para reducir la propagación del virus y combatir la vacilación por la vacuna. La confianza pública en la ciencia y en los científicos crecerá si insistimos en transparencia y diligencia.

  1. Destacar información engañosa y falsa a la vez de proveer información compartible y fidedigna. Sabemos que la gente cada vez más está recurriendo a las redes sociales y otros foros en la internet de variada calidad para informarse sobre temas de salud. Nosotros apoyamos y elogiamos grupos como el American College of Physicians y líderes como la Dra. Susan Bailey de la American Medical Associationentre otros, quienes activamente se dedican a corregir desinformación mediante declaraciones públicas. Más aun, muchos de nuestros miembros de la facultad, departamentos y centros han intensificado sus esfuerzos de servir como fuentes de información fidedigna aumentando su presencia en las redes sociales, dedicando tiempo para hablar regularmente con los medios de comunicación, contribuyendo a nuestra red de blogs y participando en organizaciones locales como el consorcio Community Enhanced Alliance Against Covid-19 (CEAL), el cual se enfoca en disipar desinformación. Mobilizar la fuerza laboral sanitaria ha demostrado ser beneficioso para la aceptación de vacunas en el pasado. Por ejemplo, médicos ayudaron a impulsar el uso de la vacuna contra la culebrilla (herpes zoster) (vacuna para ‘shingles’, en inglés) por parte de adultos mayores, y numerosos estudios muestran que los médicos son los influentes más importantes en la toma de decisiones sobre vacunas, especialmente en niños. Discusiones sobre vacunas son particularmente efectivas si los profesionales de la salud comparten anécdotas o experiencias personales. Nosotros animamos a las personas dentro, conectadas con y alrededor de la comunidad de Baylor College of Medicine a comunicarse con sus redes de relaciones directamente para compartir y promover ciencia basada en hechos, especialmente los relacionados con la vacuna de COVID-19. El CDC ha creado fuentes de información fáciles de usar y materiales útiles para ayudar a motivar y reforzar la confianza en las vacunas para COVID-19 en redes sociales y otras plataformas de comunicación para el público general, profesionales de la salud y empleadores, dueños de negocios y líderes de la comunidad.
  2. Apoyar normas basadas en la mejor evidencia disponible proveída por los expertos en ciencia y salud pública. Nosotros creemos en el poder de la ciencia y la tecnología para evaluar, dirigir y mejorar normas. Durante esta pandemia, hemos reconocido investigaciones importantes que han guiado recomendaciones para normas, tales como la efectividad de lavarse las manos con frecuenciallevar máscara y distanciarse físicamente para reducir la transmisión del virus SARS-Co-2 en la comunidad. Nosotros también disiparemos ideas peligrosas que no están fundamentadas en evidencia científica, tales como obtener inmunidad de rebaño mediante infección natural (es decir, dejar que el virus prosiga su curso natural hasta el punto en el que haya suficiente población inmune que haga difícil que el virus se siga propagando) como estrategia para ponerle fin a la pandemia de COVID-19. Ha sido mediante colaboraciones efectivas entre investigadores, profesionales de la salud y expertos en salud pública que se han desarrollado vacunas que ayudan a proteger a nuestras comunidades de COVID-19. A medida que continúan haciéndose disponibles, necesitaremos análisis continuados de la eficacia de las vacunas, de su seguridad y beneficios para continuar guiando los esfuerzos de la vacuna.
  3. Enfatizar más comunicación científica, divulgación y promoción en la enseñanza, entrenamiento e investigación. Es tanto una habilidad como un arte el ser capaz de formular y articular información de manera convincente y precisa que se destaque del montón. Muchos grupos e iniciativas dentro de Baylor ya están enfocados en desarrollar estas habilidades. Nosotros hemos puesto a prueba programas para aumentar la comunicación y colaboración enfocados en incluir ideas que promuevan acción y empoderamiento en nuestra participación en la salud comunitaria. Nosotros ayudamos a crear la primera escuela secundaria en la nación para profesionales de la salud y lanzamos un conjunto de iniciativas de educación. Hemos embebido estos tópicos en nuestro plan curricular en programas como nuestra Health Policy Pathwayinvestigamos como integrar recursos médicos en línea en las prácticas modernas de salud pública de manera efectiva y apropiada, y analizamos campañas de desinformación, por mencionar solo algunos casos. Pero hasta ahora no hemos respondido específicamente a la necesidad de comunicación científica efectiva para correr la voz sobre recomendaciones basadas en ciencia y combatir la desinformación, especialmente en las redes sociales. Debemos trabajar juntos para habilitar y darle poder a nuestra comunidad para comunicar con persuasión y ser agentes de cambio. Esto incluye un llamado a promover comunicación científica en entrenamientos a niveles de doctorado y postdoctorado, al igual que involucrar estudiantes y profesores en participaciones públicas. Debemos involucrar a nuestras comunidades y organizaciones locales como asociados pronto y con frecuencia, sabiendo que la gente confía en sus redes sociales directas, familia y amigos como guías en intervenciones médicas tales como las vacunas.
  4. Comprometerse a los principios de integridad científica y transparencia. La investigación científica a veces puede producir resultados variables y hasta contradictorios, particularmente en casos de crisis. También hay balances impuestos por algunas políticas sanitarias – la pandemia ha sacado muchos de estos factores a la luz, pero existen en cualquier decisión involucrando salud pública o regulación. Necesitamos promover la importancia de ser transparentes, reportando resultados negativos, las posibilidades y probabilidades de efectos colaterales e informar sobre incertidumbres inherentes a la ciencia y la medicina. Esto incluye comunicar el ‘por qué’ detrás de decisiones — incluyendo el estado actual de la evidencia impulsando esa decisión, y el potencial de revisión de acuerdo con evidencia nueva. También debemos reconocer y reforzar que los valores, dinámica contextual y factores individuales tales como el nivel de educación, conocimientos sobre la salud, barreras de idiomas y actitudes culturales hacia el cuidado de la salud, afectan el proceso de decisión.
  5. Asegurar solo la distribución de la vacuna y la respuesta ética a la vacilación sobre la vacuna. Se han tomado y se están tomando decisiones importantes sobre la asignación de vacunas. Nosotros tenemos que asegurar solo distribución (y las estrategias de implementación correspondientes) para asegurar acceso equitativo para aquéllos que pueden beneficiarse directamente. También necesitamos promover que los individuos en una comunidad tienen una obligación moral de tomar acciones razonables para prevenir el daño a otros (en este caso, vacunándose). Es esencial que valores éticos guíen estas decisiones y también cualquier otra decisión hecha alrededor del concepto de los requerimientos de prueba de inmunidad (por ejemplo, mandatos, certificados o pasaportes).

El movimiento anti-ciencia que avanzó rápidamente en los Estados Unidos en 2005 está ahora presente a nivel mundial y amenaza con erosionar la salud pública. En esta nueva era, la totalidad de la comunidad de Baylor College of Medicine necesita estar involucrada en cambiar la conversación — para acabar con los mitos y la desinformación, para captar interés y no avergonzar, para ser claro y transparente en vez de complicado, y para estimular, inspirar y recompensar acciones y agendas proactivas. Esperamos tomar todo lo que hemos aprendido el año pasado sobre cómo proteger la salud de nuestra comunidad y trabajar juntos para ayudar a vacunar a nuestra comunidad contra COVID-19, para poner fin a esta pandemia y restaurar la confianza en la ciencia y la experiencia profesional, ahora y en el futuro.

Gracias a toda nuestra comunidad de asociados quienes están marcando la diferencia en la lucha contra COVID-19 aquí en Houston y alrededor del mundo. Para más información sobre como unirse a nuestros esfuerzos: ayude a apoyar la investigación y los trabajadores de primera línea, comparta información de fuentes de confianza y vacúnese y anime a su red de conocidos a que hagan lo mismo.

Contribuidores:  Stephanie Morain, Ph.D., M.P.H.; Amy L. McGuire, J.D., Ph.D.; Peter Hotez, M.D., Ph.D.; Mary E. Dickinson, Ph.D.; Janet Allen; Robert Atmar, M.D.; Hana M. El Sahly, M.D.; Prathit Arun Kulkarni, M.D.; Jill Weatherhead, M.D., Ph.D.; Pedro A. Piedra, M.D.; Chris Amos, Ph.D.; Mary Andrea Calo y Clarice Jacobson.